The ABSA CAPE EPIC

La carrera de mtb más deseada del mundo

4 de noviembre de 2019

En cada deporte siempre hay un evento que destaca por encima de los otros por su notoriedad y prestigio. En tenis puede que sea Wimbledon o Roland Garros, en ciclismo el Tour de Francia, en fútbol la Champions League Europea o el Mundial, en triatlón el Mundial Ironman de Hawaii, en gimnasia deportiva los Juegos Olímpicos y así tantos eventos como deportes se practican a lo largo y ancho del mundo.

Si califico la CAPE EPIC como el evento más importante de mtb por etapas del mundo no creo que haya mucha gente que no lo subscriba. Y es que «La Cape», como nos referimos a ella la mayoría de amantes del ciclismo de montaña, aúna dureza, exigencia, exotismo y mística por los cuatro costados. Es por ello que muchos desean tener la experiencia de correrla alguna vez y poder tener la satisfacción de terminarla.

La Cape Epic es una carrera a la que es complicado poder acceder. Son muchas las personas que optan al sorteo de las pocas plazas limitadas disponibles para los bikers aficionados. Por tanto, si alguna vez quieres participar, ve jugando como aquel que juega a la primitiva para ver si algún año suena la flauta. Las probabilidades son obviamente más altas pero mejor ir probando fortuna cuanto antes, no sea que se te pase el arroz.

Pero no todo acaba con el sorteo. Si te toca prepárate para el desembolso de los derechos de inscripción más los complementos que a buen seguro vas a necesitar (mecánica, masaje, transporte del hotel al lugar de competición y vuelta,…). Y eso por no hablar del viaje hasta la República de Sudáfrica en avión y los gastos en hotel en los días previos y posteriores a la competición. En resumen, la broma te sale por un pico, te dejan el presupuesto anual temblando y probablemente sin vacaciones familiares.

Por todas estas razones, conviene prepararla bien. Pocas veces vamos a tener la ocasión de estar en la línea de salida de las 8 etapas que la suelen conformar. Por lo tanto, toca estudiar el recorrido y la exigencia de cada una las etapas y con tiempo suficiente realizar el plan de entrenamiento adecuado para poder triunfar a la primera.

La próxima edición

La próxima Cape Epic se disputará entre el 15 y el 22 de marzo de 2020. El recorrido consta de 8 etapas que suman 647 kilómetros totales con 15.550 metros de desnivel positivo.

El itinerario discurre principalmente por caminos y senderos de montaña rocosos, caminos arenosos de uso agrícola entre plantaciones bien cuidadas y descensos épicos de las desgastadas cordilleras del país.

En su página web anuncian que sólo los equipos con un buen entendimiento, que hayan preparado física y técnicamente el recorrido y sean capaces de superar el sufrimiento con fortaleza mental, serán dignos de acabarla. De lo contrario, probablemente se quedarán en el intento.

Las etapas

La primera etapa es un prólogo de 20 km. y 600 m. de desnivel positivo que no debería ser ningún obstáculo para nadie. Representa ponerse en marcha y estar finalmente cumpliendo el sueño de estar participando en la Cape.
El objetivo de esta etapa es simplemente realizarla con el mínimo desgaste físico y de material, sin dejarse llevar por la emoción y pensando con la cabeza fría en los días siguientes que vienen. Ir rápido no debería ser el objetivo. Ir seguro sí.

La segunda etapa es ya la toma de contacto con la dureza real de la carrera. 98 km. y 1800 m. positivos ya dejan huella para el día siguiente. El peligro de esta etapa es cómo en el prólogo, querer ir demasiado rápido porque el cansancio es inapreciable y pagarlo los días siguientes.

La tercera etapa ya es la que pone a cada uno en su sitio. Después de la paliza del día anterior, cada equipo ya ve que la cosa va en serio y afronta los 94 km. y 2050 m. con la referencia de lo que ha sido la etapa disputada en la segunda jornada. A buen seguro los nervios han desaparecido y cada uno la afronta deseando que los km vayan pasando, respetando la mecánica y estar de nuevo descansando en el campamento.

La cuarta etapa son 88 km. y 2100 m. positivos. Más de lo mismo. Arrancar, comer y beber durante toda la jornada, cuidar la bicicleta y al compañero como a uno mismo y en definitiva evitar el deterioro físico para poder continuar en carrera con los mínimos sufrimientos posibles.

La quinta etapa es de magnitudes similares a las realizadas hasta el momento. 101 km. y 1950 positivos. Pero en el horizonte asoma la etapa reina, la sexta. Es especialmente importante por ello, buscar un ritmo cómodo, sin errores, sin problemas mecánicos,… con el objetivo de llegar sin ninguna novedad al campamento, echarse a descansar, comer e hidratarse y prepararse para la etapa que será verdaderamente el juez que dictaminará los que acaban y los que no.

La sexta no es ninguna broma. 85 km y 2900 metros de desnivel positivo a estas alturas de carrera pueden suponer un calvario para muchos. Esta etapa hay que hacerla con las piernas y con la cabeza. Después de cinco días de carrera sólo los profesionales llegarán enteros y el resto de los mortales deberán afrontarla con prudencia para no quedar fuera de competición.

La séptima, después de la paliza del día anterior es complicada. Vuelve la distancia y el desnivel de las primeras jornadas, 95 km y 2300 metros positivos pero con más carga en las piernas y la cabeza menos dispuesta a sufrir. Además, después de las etapas reina, para la que muchos se mentalizan, se suele sufrir más que en la propia etapa reina ya que la tendencia es a minusvalorarla cuando igualmente es una paliza y no ha habido una preparación mental adecuada.

La octava y última no es ningún regalo. 66 km. y 1850 m. nos dan pistas de la dureza de las subidas ya que en 30 km. menos se acaba subiendo el mismo desnivel que en las primeras etapas. Si a esta dureza se le suma el cansancio acumulado y cierto nivel de ansiedad para terminar la competición, podemos anticipar que cruzar la meta será toda una hazaña para todos y cada uno de los participantes.

Requerimientos físicos y psicológicos

Sin querer extenderme mucho en lo que se necesita para poder terminar una Cape Epic lo podría resumir en los siguientes puntos:

  • Resistencia para poder afrontar cada etapa, recuperar para la siguiente y enlazar las 8 jornadas de duro ciclismo de montaña.
  • Fuerza resistencia del tren inferior para poder sostener los niveles de potencia desde la primera a la última etapa.
  • Fuerza resistencia del core y del tren superior para poder soportar la cantidad de horas sobre la bicicleta, sufriendo las irregularidades del terreno, conduciendo con seguridad y fluidez.
  • Habilidades técnicas para conducir la bicicleta con el mínimo desgaste físico y la mayor seguridad para la conservación del material.
  • Autoconocimiento sobre capacidades y ritmos a sostener.
  • Resistencia mental y motivación para afrontar todas y cada una de las 8 etapas con sus dificultades e impedimentos que puedan surgir.
  • Conocimientos sobre nutrición e hidratación para poder realizar cambios sobre la marcha sobre la estrategia nutricional diseñada a priori.
  • Capacidad de adaptación.

Para ganarla además habría que tener un consumo de oxígeno rayano a los 80 ml/kg., un umbral de potencia funcional superior a los 6 vatios/kg. y una stamina alrededor del 85-80 %. Pero quien tiene estas cifras, no creo que esté muy preocupado por si acaba la Cape Epic o no y sí más del cartel de favoritos entre los que él mismo se sitúa.