Skimo de competición para urbanitas

¿Cómo entrenar para el calendario de carreras de skimo cuando vives a 3 horas de la nieve?

26 de octubre de 2020

Muy a menudo tengo consultas de personas que, viviendo en núcleos urbanos de grandes ciudades, alejados de la nieve, han quedado cautivados por las competiciones de skimo y quieren preparar la temporada.

Mi respuesta inicial, teniendo en cuenta que siempre recomiendo la sostenibilidad del entrenamiento, es que se lo saquen de la cabeza, que busquen algo que no les suponga tal trasiego de viajes y que lo puedan practicar a diario. Sin embargo, muchos ya han hecho esa reflexión, saben del sacrificio económico y personal que conlleva y, pese a ello, insisten en llevarlo a cabo.

Como uno al final tiene voluntad de servicio, accedo a ello por la simple razón que representa un reto profesional el hecho de poder preparar a una persona para pruebas tan exigentes como la Skimo 10, la Pierra Menta, la PDG o el Tour du Rutor, aún y viviendo en Barcelona (por ejemplo).

Ahora que ya hace bastantes años que lo hago con algunos de mis clientes habituales (y con éxito cabe decir) he podido acumular una serie de pautas que seguro son de utilidad a los que quieran plantearse algo así para este 2020-2021. A continuación podéis leer sobre ellas.

El calendario de competiciones

La filosofía básica en la programación del calendario de competiciones es que hay que ir al máximo de carreras a las que se pueda ir. No importa si estás cansado o descansado, si la semana anterior ha sido de carga o estás en condiciones óptimas. Si el día anterior tienes la ocasión de hacer muchos metros de desnivel. ¡Da lo mismo! ¡A todas! Obviamente, escoge las que estén más cerca de tu casa, no hace falta ir a los Alpes cada fin de semana.

La razón por la que hay que competir tanto es porque el skimo es una actividad fisiológicamente muy exigente. Se necesita tener el ritmo de competición muy trabajado. Los mecanismos que posibilitan el reciclado del lactato que se genera en el esfuerzo tan intenso se trabajan justamente con el ritmo de competición.
Por otra parte, en las bajadas, el factor técnico predomina y por tanto, se antoja muy complicado simular en un entrenamiento la exigencia técnica que supone una bajada fuera pista, con nieve de todo tipo, a una velocidad cercana al límite y con fatiga en las piernas de las subidas ya realizadas.

Uno podría pensar que competir cada fin de semana en skimo puede acarrear un estado de fatiga crónica indeseable que lleve a un síndrome de sobreentrenamiento. Seguramente, si uno hace la Pierra Menta cada 15 días probablemente sí. Pero si estamos hablando de pruebas del estilo kilómetro vertical o pruebas individuales o por parejas de una jornada de la liga regional cercana, no tienes porque temer por el sobreentrenamiento si luego gestionas correctamente los esfuerzos durante la semana.

Salvando las distancias, vendría a ser como el ciclocross, las carreras de xc en mtb o los triatlones sprint olímpicos. Para estar a tope en un momento determinado de la temporada hay que competir puesto que son las propias competiciones las que nos dejarán en ese punto dulce en que uno siente que va rápido pero puede sostenerlo durante toda la carrera.

Las competiciones importantes

Con las premisas del apartado anterior en mente, y una vez tengamos todas las carreras puestas en el calendario, habría que priorizarlas y determinar cuáles serán las que realmente pondremos toda la carne en el asador.
El consejo básico para ello sería escoger las que se celebren lo más tarde posible en la temporada. De este modo, estaremos más trabajados a nivel físico y tendremos mayor confianza técnica.
Como siempre recomiendo, la que escojas, que sea un gran evento con corredores de nivel y una buena organización. Mentalmente siempre motiva más tener una competición así en el calendario que no una más que se parezca a las otras que no has subrayado en fluorescente.

Las otras competiciones

El resto de competiciones a las que irás, no se trata de salir de paseo ni mucho menos sino que hay que agarrarse al «efecto dorsal» para darlo todo y disputarla al máximo (pero sin riesgos). Sólo de este modo tendrá el efecto deseado en relación al efecto de entrenamiento físico y técnico.

Aquí tengo que apuntar un aspecto importante. La mayoría de competiciones se disputan en domingo. Esto quiere decir que el sábado, si quisiéramos estar al 100 % para la carrera deberíamos sacrificarlo. Teniendo en cuenta que tenemos muy pocos fines de semana porque vivimos en la ciudad, es una pena que cuando subimos a los Pirineos o donde sea que se dispute la carrera, vayamos a hacer un entrenamiento suave el sábado y el domingo compitamos.
De ahí la importancia de tener claro cuándo es la carrera objetivo y cuándo no. En el caso que sea una carrera de preparación, el sábado hay que entrenar como si nada, el domingo se disputa la carrera (ciertamente con sensación de fatiga seguro) y al acabar la carrera incluso se aprovecha para poder hacer un poco más y exprimir del todo el fin de semana. Sólo haciendo esto, vamos a sacar el máximo potencial en las competiciones importantes pese a las limitaciones de vivir alejados de la nieve.

Planificación general de la temporada

El skimo es una actividad de resistencia y como todas, SIEMPRE se está entrenando para mejorar los mecanismos fisiológicos que posibilitan un consumo máximo de oxígeno alto y una tolerancia al lactato superior. Esto quiere decir que sea verano u otoño debemos estar entrenando para ello pese a que no haya nieve ni competiciones. De hecho, muchos corredores de skimo disputan el calendario de competiciones de trail con igual nivel de exigencia y éxito que el homólogo invernal.
Por tanto, al igual que en otros deportes, la planificación de la temporada deberá realizarse según los calendarios de competición que escoja el deportista así como las posibilidades de entrenamiento que tenga. Sirve trail pero también vale pruebas ciclistas, triatlones o cualquier otra actividad que permita estar motivado y mantener un entrenamiento constante.

En cuanto a la temporada de skimo propiamente, lo más habitual es empezar a realizar el trabajo específico para las competiciones de skimo durante septiembre u octubre.
En esta época, es cuando debemos realizar el trabajo de fuerza y las sesiones aeróbicas con esquís de ruedas. Gracias a esto, podemos aprovechar el rédito de lo realizado durante el verano y transferirlo a la actividad en la que competiremos en invierno.

Con los esquís de ruedas es posible sentir de nuevo el deslizamiento y trabajar de forma muy parecida al gesto técnico del skimo. Alternar intensidades y forzar la máquina con cambios de ritmo de alta exigencia ya es algo deseable.
Cabe apuntar que los urbanistas deberán realizar probablemente este trabajo entre semana ya que la mayoría no podrán desplazarse entre semana hasta un lugar donde haya nieve. Así pues, mientras los que vivimos en las montañas podemos entrenar en el propio medio, los que no, deberán conformarse con los esquís de ruedas. El consuelo es que el trabajo tiene una alta transferencia y sólo el hecho de no bajar, genera cierta desventaja.
Por ello, a parte de la inversión en el mejor y más ligero material de skimo, debemos guardar algo para poder invertir en unos buenos esquís de ruedas y las botas de esquí de fondo que se utilizan. Los bastones son los mismo y tan sólo necesitamos cambiar las puntas por unas específicas de asfalto más duras. De todos modos, yo aconsejaría comprar otro par de bastones para no tener que ir cambiando las puntas.

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