Productos energéticos vs. productos estimulantes
Últimamente estoy recibiendo muchas consultas en referencia a productos estimulantes que se utilizan en carrera como si fuera un producto energético. El formato de estos productos suele ser en ampolla bebible. Marcas comerciales de bebidas estimulantes (RedBull por ejemplo) han sacado esta versión de producto que no tiene otro objetivo que excitar nuestro sistema nervioso central.
Dejando de lado lo saludable, la idoneidad y las posibles contraindicaciones para personas con problemas de carácter cardiovascular del producto, me gustaría dejar bien clara la diferencia entre productos energéticos y productos estimulantes.
Los productos energéticos son alimentos que contienen energía y que ingerimos con el objetivo de compensar el gasto calórico de la actividad física que estamos realizando y permitir que nuestros músculos tengan plena disposición de energía de calidad en forma de carbohidratos, sin tener que hacer uso de las grasas ni de las proteínas.
Los productos estimulantes son sustancias que no contienen energía y que tienen por objetivo llevar a un nivel de excitación superior el sistema nervioso central e incrementar sus niveles de activación y concentración obteniendo resultados superiores en una determinada tarea.
Los productos energéticos suelen estar complementados con productos estimulantes (cafeína, guaraná, taurina,…). Los productos estimulantes no, puesto que si vinieran acompañados de alguna substancia energética, automáticamente cambiarían de categoría.
Los productos energéticos por tanto, estarían ofreciendo al organismo la chispa para encender o avivar el fuego (el estimulante) y la leña para quemar (las calorías en forma de carbohidratos).
Los productos estimulantes sin embargo, sólo estarían ofreciendo la chispa y en caso de no complementarlos con energía, lo único que estaríamos consiguiendo es una aceleración en el consumo de nuestras reservas energéticas de calidad.
A menudo, los productos estimulantes se utilizan no adecuadamente, tomándolos ante cualquier síntoma de flaqueza. Este síntoma de flaqueza, que no es otra cosa que la señal de alarma ante el inicio de falta de energía para mantener esa intensidad (en el coche sería la luz naranja de la reserva del depósito de combustible), se agravará considerablemente con el uso de un estimulante, enmascarando esa sensación de falta de energía y que desembocará en una situación nada deseable de hipoglucemia, en la versión técnica del término, o la visita del hombre del mazo, en la versión popular. De ahí que: PRECAUCIÓN con los estimulantes y si queréis utilizarlos que sea con los productos energéticos.