14 de diciembre de 2015

Pero… ¿Qué modelo les pido?

El primer problema al que uno se enfrenta cuando quiere entrenar con pulsómetro es aun sin tenerlo. El mercado nos ofrece múltiples marcas y modelos con diferentes niveles de prestaciones, opciones y obviamente, precios.

A nivel general, la primera y por tanto la más importante recomendación, es que compremos el pulsómetro que compremos y sea del nivel que sea, tenemos que estar seguros que la lectura que nos proporciona es 100 % fiable. No puede ser que un pulsómetro nos de interferencias y lecturas erroneas al pasar por debajo de una linea de alta tensión, estemos cerca de otro usuario o bien pierda la señal cuando le plazca. En este sentido, los pulsómetros de las 3 grandes marcas que copan la mayoría del mercado nos dan una garantia que ni que sean el de gama más baja, nos darán una buena lectura.

La segunda recomendación de tipo general es que el uso del ordenador de muñeca sea sencillo e intuitivo. Cuando uno va a 180 pulsaciones y quiere hacer uso de alguna función que no tiene visible en aquel momento, todo se complica y no puede ser que nuestro reloj añada dificultad de su parte. En este sentido, cada marca utiliza diferentes sistemas de navegación entre los menús y los submenús y en función del nivel de “virtuosismo” y experiencia que cada uno tenga con la electrónica será más recomendable una marca que otra.

Una vez pasado estos dos filtros, nos tocará sumergirnos en la páginas web de las marcas para familiarizarnos con los diferentes modelos y sus prestaciones, entrar en foros para ver que recomiendan otros usuarios más avanzados, asesorarnos en nuestra tienda deportiva de confianza y utilizar cualquier fuente de información con el fin de encontrar la mejor opción para nuestro presupuesto.

Funciones y más funciones ¿Realmente las necesito

Lo dicho anteriormente no es tarea nada fácil. Y es que las marcas saben bien que los usuarios no sólo quieren un dispositivo que les de la lectura de las pulsaciones del corazón como los primeros modelos de 30 años atrás sinó que buscan cuantas más y mejores prestaciones mejor.

Dicho esto, analizaremos las funciones básicas de estos ordenadores de muñeca para poder decidir así si las necesitamos o no y si merece la pena el desembolso extra que estas prestaciones de más suelen conllevar.

  • Función pulsómetro. Es una obviedad que si nos compramos un pulsómetro, estamos buscando la manera de saber las pulsaciones a las que late nuestro corazón mientras hacemos el ejercicio. Por tanto, nos fijaremos mucho en que la lectura sea precisa y fiable pero además, estaría bien que nuestro pulsómetro nos diera la lectura no sólo en valores absolutos sinó relativos a nuestra FC máx y además diciéndonos, a través de un gráfico o de un valor, en qué zona de intensidad de esfuerzo estamos trabajando. Estas tres opciones son a mi juicio, irrenunciables ya que a la hora de hacer un entrenamiento nos facilitará mucho la lectura y a la postre nuestro trabajo.
  • Función GPS, velocidad, distancia y altimetria. Saber velocidad o ritmo, distancia y desnivel son tres pilares básicos de nuestro ejercicio y juntamente con el tiempo y los valores de FC nos dan toda la información que necesitamos para hacer el registro de nuestra sesión en nuestro diario de entrenamientos
  • Función descarga de información en software específico y/o en web. Tal y como escribí en un artículo anterior respecto al control de entrenamiento, la función de descargarnos el entrenamiento en el ordenador de forma automática y por tanto, ordenada y homogeneizada nos puede ayudar a ahorrar tiempo. Ya hablé de forma extensa sobre los beneficios que esto puede aportarnos y por tanto, es una opción más que recomendable.
  • Función programación del entrenamiento. Esta función sueler ir asociada a la anterior y el traspaso de información es bidireccional. Del reloj al ordenador se pasan los entrenamientos ya hechos y del ordenador al reloj se pasan los entrenamientos programados. Pero no nos dejemos engañar por lo atractiva que resulta esta opción. Programar un entrenamiento en según qué software puede ser muchísimo más lento que escribirselo en el dorso de la mano y salir a entrenar. En consecuencia esta función no debe hacernos desenvolsar más dinero ni decantarnos por un modelo u otro.
  • Función personalización. Esta función tiene por objetivo que cada usuario pueda escoger cómo quiere ver los datos en pantalla. Pero no sólo eso. Actualmente hay varias marcas y modelos, que al igual que un teléfono móbil podemos instalar unas aplicaciones u otras en función de nuestro tipo de actividad. Realmente se ha conseguido llevar al extremo la personalización aunque personalmente, no tengo muy claro que esto sea más útil y nos permita entrenar mejor. La personalización es interesante pero los ingenieros que diseñan estos dispositivos cuentan con la ayuda de deportistas que les indican cuales son las mejores configuraciones para poder llevar a cabo diferentes tipos de entrenamientos. Seguramente, y aunque contemos con un pulsómetro personalizable, acabaremos utilizando la configuración que viene de serie en la mayoría de las pantallas.

El teléfono pulsómetro

Actualmente, con los teléfonos de última generación podemos tener un pulsómetro muy completo con todas las funciones a las que hemos hecho referencia anteriormente. Para ello sólo necesitaremos comprar el sensor de pecho que sea detectable por el teléfono y descargarnos las múltiples aplicaciones que han proliferado para poder visualizar el entrenamiento y todos los datos que nos interesen.

Es una buena opción para aquella persona que no quiera gastar el dinero que le supondría tener un pulsómetro con las opciones del teléfono. Para entrenar por eso, no es lo más cómodo ya que es de difícil visualización si nos lo ponemos en el brazo y si lo llevamos en la mano es incómodo. Pero si somos deportistas ocasionales que salimos a trotar continuo de vez en cuando, es muy recomendable. Con poco dinero, lo tenemos todo durante un tiempo y después, sabremos qué escoger cuando nos queramos comprar un pulsómetro de verdad.

Conclusión

Compraros un pulsómetro que sea 100 % fiable, que sepais perfectamente cómo sacarle el máximo provecho, que lo conozcais en profundidad y que os permita tener todos los datos que necesiteis en vuestras actividades cuotidionas.

Compraros un dispositivo que os motive para entrenar, que os facilite el control de las cargas, que os ayude a progresar, que os de juego para hacer entrenamientos diferentes y que os ayude a conocer mejor vuestro cuerpo y cómo funciona.

No os compreis una obligación más que os quite tiempo para hacer lo que realmente quereis hacer, entrenar! No puede ser que el pulsómetro os robe cada día 5′ de vuestra sesión porque no detecta la cinta, los satélites o cualquier sensor externo que tenga. No puede ser que os ocupe tiempo cargando entrenamientos. No puede ser que ponga trabas en lugar de facilitar. En definitiva, el pulsómetro tiene que ser una ayuda y no un engorro más.