¿No sería hora de planificar más seriamente una temporada?
Estamos ya a finales de noviembre. La temporada en la que no está permitido improvisar (en la línea que hablaba en la penúltima entrada anterior a esta sobre planificar la improvisación) está a punto de terminar. Y es que han pasado ya unos cuantos meses desde la última carrera que habías planteado seriamente para el 2016. Continúas entrenando como siempre aunque con cierta sensación de orfandad por la ausencia de objetivos inmediatos. Pero el tiempo va cayendo lento e inexorablemente. Sin darte ni cuenta van a caer Purísima y Navidad en un suspiro. Y de ahí a los primeros objetivos del año, un par de pasos.
Y el problema es que la resistencia, es una cualidad física que no conoce otra forma de trabajar que el largo plazo. Por ello, más importante es la planificación que en otras actividades.
Finales de noviembre o diciembre sería ya un buen momento para ir pensando en la planificación para la temporada siguiente, y no tan sólo en inscribirse a las carreras puesto que corremos el riesgo de quedarnos ya sin dorsal si no estamos atentos, sino organizarnos los objetivos y los contenidos a trabajar durante las próximas semanas y meses.
Para conseguir plantear correctamente la siguiente temporada, merecería la pena reflexionar sobre varios aspectos, siendo los más importantes, los siguientes:
- Objetivos competitivos y objetivos de preparación. Determinar el calendario de competiciones prioritarias y las de preparación para llegar a estas con el ritmo de competición bien conseguido. Con ello conseguiremos tener una visión de conjunto y no ir «a salto de mata», racionalizando los calendarios y controlando bien los tiempos de recuperación física y psicológica necesarios para estar de nuevo en la línea de salida con la sensación de estar perfectamente preparado para la competición.
- Organizar correctamente los contenidos de entrenamiento durante el período de preparación. Y esto independientemente del tipo de planificación que uno use. Lo importante es tener una estructura general montada que nos marque el camino, con progresiones correctamente estructuradas y períodos de descarga para conseguir las adaptaciones necesarias y llegar con el nivel de forma deseado antes de las competiciones objetivo.
- Revisar las temporadas anteriores para conocer puntos fuertes y puntos débiles y ponerse a trabajar para mantener los primeros y eliminar o minimizar los segundos. Al fin y al cabo, ¿dónde tenemos más margen, en aquellas situaciones en que estamos rozando nuestro máximo potencial o bien en aquellas que no dominamos? La respuesta es obvia.
Por ello, deja de gastar tu tiempo en buscar por internet nuevos equipamientos con los que mejorar tu rendimiento (bicicleta, esquís, potenciómetros,…). Dedícate a lo que realmente te ofrece mayor potencial de mejora a un coste inferior, tu cuerpo y tu entrenamiento y empieza a planificar tu temporada o a buscar ayuda a alguien de confianza.