La salida, capítulo 1

31 de marzo de 2016

La salida es aquel breve lapso de tiempo que transcurre, entre que todos los corredores están prestos a empezar la competición detrás de una línea esperando un disparo, una bocina, un petardo, una campanada o cualquier otra señal prevista a tal efecto hasta que uno se situa en aquella posición más o menos estable en que ni adelanta ni es adelantado.

La salida es un momento de máxima tensión que se libera al oir la susodicha señal y pese a la corta duración de estos momentos previos, la gestión del nerviosismo y la correcta elección del nivel de intensidad nos facilitará la consecución del objetivo personal de cada uno.

Los corredores más experimentados suelen tener un buen control de la ansiedad gracias a la experiencia que les brinda innumerables situaciones vividas anteriormente. En el siguiente artículo intento desvelar las claves más importantes para ahorrarnos nerviosismo gratuito y ganar confianza en esos momentos tan cortos y largos a la vez.

Ansiedad vs Activación

La ansiedad es aquel estado o condición de una persona en que presenta cierta conmoción, intranquilidad, nerviosismo o preocupación.

Antes de una carrera es normal tener cierto grado de ansiedad puesto que somos conscientes que durante los próximos segundos/minutos/horas vamos a enfrentarnos a una situación estresante para nuestro organismo y nuestra mente.

La ansiedad sin embargo, correctamente gestionada, es un arma poderosa que tenemos de serie y que garantiza la supervivencia en situaciones en las que nuestra vida corre peligro. Mediante la ansiedad se desatan una serie de mecanismos que permiten a nuestro cuerpo dar lo máximo de si mismo y de esta manera poder utilizar el máximo potencial de rendimiento que uno lleva dentro para superar cierta situación.

Las carreras no son situaciones en las que nos estemos jugando la vida pero la mente las percibe como momentos de máximo estrés que debe afrontar activando todos los mecanismos de respuesta para la supervivencia.

La ansiedad, llevada al extremo puede llegar a colapsar a la persona, hacer que se bloquee y en competición consiga resultados por debajo de lo esperado. Típicamente, son aquellas personas que compiten por debajo del nivel esperado según el rendimiento mostrado en los entrenamientos.

Por esta razón es necesario transformar esta ansiedad y llevarla al terreno positivo, concibiéndola como algo que nos va a permitir tener un nivel de activación superior y obtener rendimientos deportivos superiores.

Conseguir una correcta activación es importante para poder dar respuesta a una situación de carrera que es capital para la consecución de buenos resultados deportivos, la salida. En este sentido, la psicología del deporte trabaja tanto con los corredores que necesitan controlar los niveles de ansiedad y rebajar el grado de activación como a la inversa, con aquellos corredores que debido a un elevado número de compromisos deportivos en una temporada o a una dilatada experiencia deportiva necesitan elevarlo, puesto que en la salida están como si fuera un entrenamiento cualquiera y no aprovechan los mecanismos de supervivencia a los que hacía referencia anteriormente.

Se calcula que aproximadamente un 10 % del rendimiento deportivo se consigue gracias a la obtención de un nivel de activación adecuado. Esta es la razón por la cual cuando corremos con familiares siguiendonos en carrera, o cuando corremos la carrera que organiza nuestro club o cualquier situación en la que la motivación y el compromiso sea máximo obtenemos siempre nuestros mejores registros.

Influencia de la distancia en la importancia de la salida

Sin lugar a dudas, se puede afirmar que distancia de una competición e influencia de la salida en el resultado final son indirectamente proporcionales. Es decir, cuanto más larga es una competición menor influencia tiene lo que hagamos en la salida en el resultado final y a la inversa.

Esta evidencia se puede ejemplificar perfectamente en las pruebas de atletismo en pista, donde en las pruebas de 100, 200 e incluso de 400 m los atletas ponen los 5 sentidos para iniciar su actuación lo más pronto posible ya que su resultado final tiene una correlación directa con el rendimiento en la salida. A medida que la distancia se amplía, la salida va cobrando menos importancia y el único objetivo de esta tiene que ver más con una buena colocación que nos eviten roces, caidas o situaciones en las que tengamos que ir más rápido cuando en realidad no lo necesitaríamos.

Colocación

Dejando de lado el atletismo en pista, las carreras por montaña y las multitudinarias competiciones atléticas de asfalto (10 Km, Media Maratón, Maratón,…) tienen características muy parecidas en cuanto a la salida. En ambas nos encontramos con una pancarta de salida y un obstáculo que delimita la línea oficial de salida así como elementos delimitadores laterales, ya sean vallas, paredes o cualquier otro elemento parecido y que obligan a corredores a hacinarse en un espacio reducido durante el tiempo de espera antes de iniciar la carrera.

La colocación en este espacio es la primera decisión a tomar y las variables que hay que tener en cuenta para decidirse por una colocación en primera línea, avanzada, media o retrasada son las siguientes:

1. Capacidad de rendimiento.

Interiormente (y honestamente), cada corredor sabe qué nivel tiene y en qué posición acabará la competición. En deportes de rendimiento, no hay sorpresas en positivo. Es decir, uno se esperaba por las referencias de carreras precedentes y entrenamientos hacer 1h20 en una media maratón y finalmente es capaz de hacer 1h10. Eso es sencillamente imposible. Por tanto, uno debe situarse detrás de la línea de salida en aquella zona donde probablemente acabará la competición salvo que no se produzcan sorpresas en negativo (que esto sí pasa por lesiones, indisposiciones,…o cualquier otra causa).

Por tanto, si normalmente acabamos entre los 10 primeros mejor que nos coloquemos en primera línea; si conseguimos entrar entre los 50 primeros, lo mejor es un discreto segundo plano detrás de la primera línea; si finalizamos por la mitad de la tabla pues en medio del meollo y si nuestro objetivo es simplemente acabar, pues nos colocamos detrás de los estresados y nerviosos y nos tomamos la salida con la tranquilidad del que sabe que no es su guerra y el resultado final no dependerá de si está más adelante o no en la zona de salida.

Hacer esto nos ahorrará perder un tiempo valioso quizás irrecuperable en caso que seamos de los fuertes de la carrera y nerviosismo en caso que no lo seamos y estemos en una zona demasiado adelantada respecto nuestra posición final.

2. Longitud de la competición.

Como ya he dicho antes, cuanto menor distancia mayor importancia de una buena colocación y cuanto mayor distancia de carrera menor valor tiene que nos situemos delante o detrás del tumulto de la salida. Pero el hecho de que la carrera sea corta no nos exime del punto anterior y tenemos que ser igualmente coherentes con nuestra capacidad de rendimiento.

3. Características de los primeros kilómetros del recorrido.

Por suerte, los organizadores de las competiciones tienen cada vez más experiencia y conocimientos y evitan salidas que a los poco metros tengan estrechamientos, senderos y cualquier otra situación que genere tapones en el grueso del pelotón. Normalmente tienen en cuenta el número máximo de inscritos y en función de esto ya planifican el itinerario para evitar esta situación tan desagradable que no gusta a nadie, incluidos los que simplemente tienen el finalizar como objetivo. Estar parado sabiendo que el crono va corriendo es desastroso para los corredores y para la organización que no lo ha previsto.

Por tanto, si uno prevee ciertos problemas a poca distancia de la salida sería interesante poder estar colocado en una zona más delantera y salir un poco más rápido de lo que sería habitual en condiciones normales.

Sobre la colocación, cabe añadir que nos condicionará el tiempo previo a la salida y por tanto el calentamiento que podamos hacer. En este sentido, si uno quiere colocarse bien y no dispone de dorsales preferentes que suele ofrecer el organizador a los corredores más conocidos, deberá calentar antes de lo normal controlando en todo momento la entrada de corredores en la zona del parque cerrado y antes de que haya demasiada acumulación acceder a ella con la ropa de calentamiento, intentando estar activo durante estos minutos que estaremos de más en esa zona para luego quitarnos la ropa y dejarla a algún familiar, amigo o conocido.

Si en caso contrario, nuestro objetivo es simplemente acabar la carrera, hagamos el calentamiento correspondiente en función de la competición a la que nos enfrentamos y entremos en el parque cerrado justo un par de minutos antes de la hora de la salida oficial ya listos para salir a correr. De esta manera evitaremos los típicos nervios y porqué no decirlo, ciertos malos humores de algunos que aprovechando el anonimato del hacinamiento dan rienda suelta a sus presiones intestinales.