La gota malaya
(o como debería decirse, la gota china)
La gota china es una método de tortura utilizado hace muchos años (espero) en el antiguo imperio chino. En esta se situaba al reo debajo de un sistema de riego continuo por goteo para que esa inofensiva cantidad de agua acabara por dañar la piel y por ende hacer sufrir de sed y de sueño al pobre torturado.
El objetivo de esta entrada del blog sin embargo, no es el de explicar diferentes métodos de tortura sino ofrecer una imagen visual y una explicación plausible ante la cantidad de gente sorprendida del éxito de este fin de semana de Núria Picas y el método de entrenamiento que utilizo con toda la gente que entreno y conmigo mismo ante los retos de larga distancia.
Porque lo de Núria no es un caso aislado producto de la enorme calidad que tiene, el gran volumen de entrenamiento acumulado y la capacidad mental de sufrimiento de la que goza. Este año he conseguido otros hitos en carreras de larga distancia en la península y Andorra con gente que a priori también pensaban que entrenaban poco tiempo y no hacían tiradas largas. De hecho es un tema recurrente que ya expliqué en su día en mi libro sobre preparación para ultratrail.
Y es que siempre pongo el mismo ejemplo para poder explicarlo (tomado de mi amigo C. Paredes): ¿Qué entrena más, 10 horas de entrenamiento en un sólo día o 10 días entrenando 1 hora al día? Evidente, ¿no?
No me cansaré de repetir que el entrenamiento no sólo es volumen. También es intensidad y densidad. Intensidad es incrementar la velocidad a la que hacemos el entrenamiento. Es decir: ¿Qué entrena más: hacer 10 km a 5’/km o esos mismos 10 km a 4’/km)? También evidente, ¿no?
Y en cuanto a la densidad, no me estoy refiriendo al término físico que determina la cantidad de materia por cierto volumen sino al término prestado por la teoría del entrenamiento y que se refiere a la cantidad de entrenamientos por unidad de tiempo. Siguiendo el mismo método deductivo… ¿Qué entrena más: 10 horas de entrenamiento a la semana o 20 horas? Obvio, ¿no?
Sin embargo, de esto último se podría deducir que me estoy tirando piedras sobre el propio tejado, es decir, el método de incrementar volumen es suficiente y mayor tiempo de entrenamiento en menor cantidad de tiempo conlleva rendimientos superiores. Pero claro, aquí no se ha tenido en cuenta la interacción de la densidad con la intensidad. Si la tenemos en cuenta puedo plantear la siguiente cuestión: ¿Qué entrena más: en 48 horas, 3 horas de carrera continua a 10 km/h el primer día y 3 horas de lo mismo el segundo o bien 1 hora con series a 15 km/h por la mañana del primer día, 2 horas de carrera continua a 10 km/h por la tarde, 2 horas con cambios de ritmo a 12 km/h por la mañana del segundo día y 1 hora de carrera continua a 10 km/h por la tarde de ese mismo día? La respuesta no hace falta ni comentarla, ¿no?
Retomando la gota china, lo que busco es inducir un estado de fatiga crónica más o menos tolerable que permita al entrenado ir haciendo cada día y si bien un entrenamiento aislado (como la gota) no hace nada, es la suma de entrenamientos (como la enorme cantidad de agua que al final recibe el reo sobre la sufrida frente) lo que acaba por generar la capacidad de rendimiento brutal que hemos disfrutado este fin de semana en Chamonix con Núria y con otros que han estado igualmente presentes en la UTMB con grandes resultados.