Entrenando bajo la lluvia

Si Gene Kelly podía bailar, ¿no podrás tú salir a entrenar?

2 de mayo de 2022

Los elementos meteorológicos son ciertamente factores limitantes a la hora de hacer cualquier actividad al aire libre.
El frío, la lluvia, el viento, la nieve, la niebla o el calor abrasador… son factores que condicionan nuestras sesiones de entrenamiento independientemente de la actividad deportiva que practiquemos.

Reconozco que hay actividades peores que otras en función del elemento meteorológico del momento y por ejemplo es mucho peor salir en bici lloviendo que correr. Igualmente, es mucho peor correr en plena canícula estival que montar en bicicleta.

Frente a las condiciones meteorológicas adversas de cualquier tipo, aquellos deportistas que se dedican a varias actividades deportivas o tienen el entrenamiento cruzado como un recurso habitual semanal para variar la actividad, tienen ventaja frente a aquellos que sólo practican un deporte.

Un ciclista por ejemplo, ante el frío, la nieve, el viento o la lluvia, podrá escoger entre la bicicleta de carretera, la de montaña (menos velocidad, luego menos frio) o el ciclismo indoor como alternativas. El trabajo de fuerza también puede ser una alternativa, aunque dependiendo del momento de la temporada, tampoco no es posible abusar de ello. Por esta razón, seguro que un día u otro, uno acaba mojándose, llegando frío y empapado a casa y maldiciendo ese frente que ha venido para regarlo todo.
Por suerte, el equipamiento de los ciclistas ha mejorado mucho y actualmente ya es posible sufrir menos las inclemencias del tiempo, para poder continuar entrenando, pese a vivir en sitios con inviernos ciertamente crudos.

Por otro lado, un corredor lo tiene mejor frente al frío y la lluvia puesto que como hay menos velocidad y las zapatillas no te mojan tanto como el agua que levantan las ruedas, se sufre menos. Aún y así, conozco a unos cuantos que piensan que el agua es ácido y al igual que a los Gremlins, no les sienta nada bien mojarse.

Una de las actividades peores que hay para escoger un día de lluvia para entrenar son todas las relativas al esquí. Tanto el esquí de fondo como el esquí de travesía, son terribles en condiciones de lluvia. No sólo la nieve está más lenta sino que todo pesa más y pasas más frio que si estuviera nevando a 10 grados por debajo de lo que estás cuando llueve. Por eso, aquí sí que es necesario subir rápidamente de cota para alcanzar la línea de la nieve o bien hacer otra actividad.

En cualquier caso, sea cual sea tu actividad, la lluvia (a menos que hagas piragüismo, remo, swimrun o cualquier otra actividad medio acuática) es un poco palo para salir a entrenar. A casi nadie le gusta mojarse ni pasar frio. El objetivo de esta entrada en el blog por eso no era animar al personal a salir a entrenar sino explicar que ES ABSOLUTAMENTE NECESARIO salir alguna vez a entrenar con lluvia y en condiciones un poco malas. De lo contrario, si te pilla en una competición, ¿qué vas a hacer? ¿qué equipamiento vas a coger? ¿vas a ir suficientemente abrigado? ¿qué necesitas cubrirte más? ¿cuánto rato va a aguantar bajo la lluvia ese goretex?

Todas estas preguntas y más las podrás resolver sin dudar en una situación de entrenamiento y después, en carrera, te van a posibilitar tomar buenas decisiones para disputar la carrera en las mejores condiciones personales pese a las malas condiciones meteorológicas. Porque, ¿sabías que te podrías deshidratar si usas incorrectamente la ropa de abrigo? ¿que pierdes rendimiento si pasas frío?

Así pues, te recomiendo que pese a la lluvia salgas a entrenar, explores los límites de tu equipamiento y valores si necesitas más ropa o menos en tu próxima competición. Al fin y al cabo entrenar se trata de eso, saber que estás bien preparado en cualquier circunstancia y no dejar nada (o al menos lo mínimo) para la improvisación.