Entrenamientos de máxima calidad

Los rodillos no tienen piedad

7 de febrero de 2022

Confieso que desde el confinamiento por culpa del Covid, me he vuelto un asiduo al entrenamiento en el rodillo y por extensión, muchos de los deportistas que les apasiona el ciclismo o el triatlón como a mí pero que no tenemos demasiado tiempo disponible.

Y es que a muchos se nos abrió un mundo de entrenamientos con precisión milimétrica a la hora de realizar las sesiones de calidad en bicicleta y encontrar la máxima efectividad en cada minuto dedicado a este deporte.

Por fin, el mal tiempo, la oscuridad o el frío ya no son un impedimento para trabajar de forma efectiva y estar preparados para los retos deportivos con que el futuro nos tienta en una disciplina que siempre tensa la agenda.

Antes de continuar sin embargo, debo hacer una aclaración con el rodillo. Tiene que ser uno inteligente y de transmisión directa. Sólo de este modo vamos a disfrutar sensaciones de fluidez parecidas al rodar en carretera y nos pondrá a prueba con los entrenamientos que le marquemos según nuestra curva de potencia.

Si no tenéis aún un dispositivo de este tipo, creedme, no invirtáis en unas ruedas de perfil ni en un Garmin nuevo,… elegid un rodillo inteligente. Cada euro invertido en este aparato merece la pena. No es tan «molón» como unas ruedas de carbono pero iréis más rápido cuando salgáis a la carretera y al fin y al cabo, de eso se trata, ¿no?

Una vez lo hayáis comprado e instalado en casa, no hace falta que os comparéis con esas magníficas «habitaciones del pánico» que muchos hacen ostentación en Instagram. Con un lugar bien ventilado, con buena cobertura del wifi de casa y con un enchufe será suficiente para instalar todo el complejo de entrenamiento.

Lo primero que deberíais hacer antes de empezar es calibrar el rodillo para que marque correctamente y posteriormente hacer la prueba de potencia para conocer vuestro umbral de potencia funcional. Este valor es muy importante que esté bien ajustado puesto que es la unidad de base a partir de la cual se marcan las intensidades de TODOS los entrenamientos.

A partir de ese valor vais a poder entrenar desde las cómodas zonas aeróbicas, las incómodas zonas de transición con carga láctica y las aparentemente imposibles zonas de potencia y capacidad anaeróbica láctica y aláctica.

Sin extenderme en este tipo de trabajos, lo bueno del rodillo inteligente es que él simplemente «te pone» la potencia que toca y listos. Ni un vatio más ni uno menos. Si bajas la cadencia, te sube la fuerza. Si subes la cadencia, te baja la fuerza. Y esto comporta que si no quieres quedarte «atascado» debes seguir aplicando fuerza. Esto conlleva que en un entrenamiento que quizás en carretera levantarías el pie y creerías que ya no puedes, con el rodillo no pasa. Él no levanta el pie, él no tiene piedad, él te obliga a mantener el esfuerzo. Esto genera unas adaptaciones fisiológicas superiores y mentalmente te hace más fuerte. Ciertamente, si realmente no puedes, te quedarás finalmente atascado pero antes que llegue esto, seguro que lo habrás intentando más que en la carretera.

Para ejemplificar esta precisión os adjunto un pantallazo de una sesión de entrenamiento realizada en rodillo y otra en el exterior. ¿Adivináis cuál es cada una?

Entrenamientos de calidad con rodillo
Entrenamientos de calidad con rodillo

Entrenamientos de calidad con rodillo