Potenciómetro STRYD, corriendo por potencia

23 de febrero de 2017

A principio de semana publicaba en el muro de facebook que tenía novedades y a causa de ellas estaba un poco desconectado. Desvelé que una de las causas era un nuevo libro que estoy escribiendo pero no dije la otra razón. Ahora te la presento, el potenciómetro STRYD. En breve tendré el dispositivo disponible para la venta. Yo hace días que lo utilizo y estoy encantado. Os daré sólo tres razones:

  1. Que bien se va sin la banda del pulsómetro ni las laceraciones típicas en el pecho después de entrenamientos de carrera que se nos van de las manos.
  2. Que gustazo empezar una serie y saber que ya estás trabajando a la intensidad que toca (pero que duro es porque a la mínima que te relajas la potencia baja instantáneamente).
  3. Que tranquilidad hacer una carrera y aunque vayas pasado de pulsaciones sabes que tu potencia crítica (el famoso FTP) está todavía por encima y no vas a tu máximo sostenible.

Y  es que la potencia es un indicador de intensidad externo que combina dos variables: la fuerza y la velocidad. De la combinación de ambos parámetros (fuerza de impulso + cadencia de zancada) se obtiene el valor de potencia.

En ciclismo, ya hace tiempo que se utiliza esta variable para el control de la intensidad de entrenamientos y competiciones. Corriendo todavía se utiliza ritmos y frecuencia cardíaca pese a la inexactitud del sistema.

Sin embargo, ahora ya es posible correr por potencia y entrenar y competir con mucha más precisión. Porque con un potenciómetro da lo mismo que hagas un recorrido llano por asfalto que uno por montaña ondulado o por montaña escarpado. Los watios son los watios. Irás a 300 W y eso se traducirá a una velocidad en llano, a mayor velocidad en bajada y menor velocidad en subida, y lo que es mejor, saber que pese a los cambios de velocidad, tu intensidad es exactamente la misma en los tres lugares.

Con un potenciómetro saldrás a una competición sabiendo que tu umbral de potencia funcional son unos watios determinados y pese a que vayas de pulsaciones disparado para ese valor de potencia, tendrás total certeza que no vas a reventar, que «ese» es tu ritmo.

Con un potenciómetro podrás realizar aquellos entrenamientos de calidad en que no sabes nunca cómo empezar la serie y te da la sensación que no estás aprovechando del todo la sesión.

Con un potenciómetro podrás buscar el límite de los entrenamientos más intensos al tener un valor objetivo de que has llegado realmente al fallo muscular, con una pérdida ostensible de potencia que te obliga a parar o bien introducir una macropausa.

Con un potenciómetro podrás puntuar mejor el estrés de todas y cada una de las sesiones, obteniendo un valor totalmente comparable entre sesiones de llano y sesiones de montaña y generando un gráfico de control del rendimiento mucho más próximo a la realidad, sin sobreestimaciones ni subestimaciones.

Pero a parte de todo esto, con un potenciómetro para correr podrás mejorar tu eficiencia de carrera ostensiblemente gracias a los valores precisos que te ofrece el dispositivo relacionándolos con la velocidad y el gasto cardíaco. Es como tener a un entrenador de atletismo detrás tuyo que te corrige en vivo y en directo instantáneamente.

En breve lo tendré disponible y con planes de entrenamientos adaptados a este sistema. En cuanto al libro… no hace falta que diga de qué irá, ¿no?