Control del entrenamiento. Registro y evaluación.
El entrenamiento es un proceso controlado y dirigido hacia un objetivo. Como proceso que provoca cambios, es necesario disponer de una serie de mecanismos de control que nos permitan saber hasta qué punto vamos en la buena dirección y en caso contrario rectificar nuestro programa para poder reorientarnos de nuevo.
De la afirmación anterior se desprende que necesitamos dos cosas:
- La información sobre el entrenamiento realizado.
- El método de evaluación del entrenamiento.
Sin lugar a dudas, el control del entrenamiento requiere de grandes dosis de información que se van acumulando día a día. Esta información puede ser relativa al entrenamiento directamente, ya sea de carácter cualitativo (sensaciones, motivación, cansancio, percepción de la dureza,…) como de carácter cuantitativo (distancia, velocidad, fc media, calorías,…). La información también puede ser relativa al individuo (peso, fc en reposo, calidad del sueño, condiciones laborales, condiciones familiares,…) o relativa al ambiente (condiciones climáticas, horas de luz,…).
Es muy importante valorar qué es lo relevante y cómo organizarlo, de tal manera que la información que tengamos será útil en tanto en cuanto sea accesible. Mucha información desordenada no nos servirá de nada. Poca información de aspectos concretos, bien ordenada y de fácil extracción será de gran utilidad.
Un ejemplo al respecto:
- Una persona que utiliza una libreta en la que va apuntando el kilometraje, el tiempo de entrenamiento, el desnivel y las sensaciones del día a mano. Esta es una manera de registrar lo que hace pero a la hora de valorar el trabajo hay que aplicarse con calculadora en mano para poder conseguir los datos cuantitativos de los diferentes periodos que nos interesen.
- Lo mismo que antes pero realizado con una hoja de cálculo nos permite tener de un vistazo los datos totales y podemos hacer análisis comparativos inter e intratemporadas.
Llegados a este punto, muchos se preguntarán porqué hacer este trabajo que nos quita tiempo de entrenamiento y que incluso puede llegar a ser pesado. La respuesta es sencilla. A todos nos gusta mejorar y entrenamos porque mejoramos y cada vez nos sentimos mejor. Esto retroalimenta el proceso y genera más motivación para continuar entrenando y continuar mejorando.
Tener información sobre el entrenamiento que estamos haciendo nos va a permitir mejorar porque sabremos el porqué de lo que estamos haciendo. Y cuando una persona realiza algo, conociendo la orientación hacia un objetivo y está comprometida con este objetivo, es cuando se aprovecha más y mejor el tiempo dedicado.
Hay que tener en cuenta que el entrenamiento es (o debería ser) el proceso que nos permite alcanzar el máximo potencial de cada individuo. La vida es corta y las cualidades físicas tienen una evolución que nos obligan a optimizar las temporadas. Mejorando el proceso de entrenamiento conseguiremos antes nuestro potencial genético y podremos conseguir resultados antes.
¿Qué? | ¿Para qué? |
INFORMACIÓN RELATIVA AL DÍA | |
Día, mes y año | Situar el día de entrenamiento |
Microciclo y periodo | Situar el día en el proceso de entrenamiento |
Clima y temperatura | Conocer las condiciones del entrenamiento |
INFORMACIÓN RELATIVA AL INDIVIDUO | |
FC en reposo | Nivel de recuperación respecto el entrenamiento del día anterior |
TA en reposo | Nivel de recuperación respecto el entrenamiento del día anterior |
Peso | Evolución y logro del peso de forma |
Horas de sueño | Entrenamiento invisible |
Calidad del sueño | Entrenamiento invisible |
Nota del día | Información relevante respecto condicionantes del entrenamiento |
INFORMACIÓN RELATIVA AL ENTRENAMIENTO | |
Actividad/deporte | Saber el contenido del entrenamiento |
Objetivo | Saber qué trabajamos en el entrenamiento |
Sensaciones | Información cualitativa de cómo ha ido el entrenamiento |
Hora de realización | Valorar si el biorritmo de la persona es el adecuado para la hora |
Distancia | Volumen de entrenamiento |
Tiempo total | Volumen de entrenamiento |
Tiempo zonas de FC | Intensidad de entrenamiento |
Energía | Volumen e intensidad de entrenamiento |
Desnivel positivo | Volumen de entrenamiento |
Una vez determinado qué es lo que será relevante para cada uno de nosotros será el momento de ordenarlo en una hoja de cálculo. Gracias a esta obtendremos de forma muy rápida los resultados cuantitativos.
En cuanto a los cualitativos, podemos codificarlos mediante un número y conseguir que el resultado final sea una media. Esta media será la que nos podrá dar información rápida de un ítem que a priori es más difícil de valorar.
Un ejemplo al respecto:
- Valores cuantitativos: introducimos en cada entrenamiento el tiempo total realizado y el tiempo en cada zona de FC que determinemos. Al final de cada microciclo y al final de cada mesociclo tenemos un campo en el que hemos incluido una fórmula que nos hace automáticamente la suma de los campos que hay en la columna. Al final, obtenemos la información total de todo el año respecto las horas de entrenamiento totales y las horas a máxima intensidad, de trabajo de tolerancia láctica, de capacidad aeróbica 3, 2 y 1.
- Valores cualitativos: las sensaciones del entrenamiento se pueden cuantificar del 1 al 5, donde 1 es muy malas sensaciones y 5 muy buenas. A partir de este valor numérico se puede extraer una media para poder valorar en cada microciclo y en cada mesociclo las sensaciones que ha tenido la persona que está realizando el plan de entrenamiento.
Antes que nadie se ponga a fabricar su propia hoja de cálculo con lo expuesto anteriormente, conviene decir que gracias a la revolución tecnológica asociada a la actividad física tenemos una gran cantidad de juguetes electrónicos y/o aplicaciones asociadas que nos permiten recopilar toda la información a la que anteriormente hacía referencia. Si nos decidimos por esta vía, que de hecho es la que aconsejo, tenemos que tener en cuenta dos cosas:
- El nivel de personalización no será el mismo como el que la hoja de cálculo de producción propia nos puede ofrecer.
- La rápida evolución de los juguetes y las aplicaciones nos puede generar unos datos que no sean comparables de una temporada a otra.
Así pues, merecería hacer una reflexión importante antes de comprar y usar cualquier dispositivo ya que debería ser algo que nos durara por un tiempo bastante largo o los dispositivos que aparecieran por obsolescencia del actual fueran compatibles.
Dicho esto, la agenda de entrenamiento de estos dispositivos se erige como una herramienta de primer orden para poder tener un registro de todo lo realizado como he dicho anteriormente y una fuente de información en la que buscar las causas de un mal resultado o bien la reproducción de un programa que nos ha funcionado perfectamente.
¿Y la evaluación?
Para hablar de la evaluación conviene recordar que esta fase del programa de entrenamiento debe fundamentarse en la formulación de unos objetivos claros y mesurables. Sin estos no hay referencias del grado de consecución y por tanto es imposible llevar a cabo una evaluación.
Dicho esto, la evaluación de un programa de entrenamiento puede referirse a diversos ámbitos. Normalmente, cuando se piensa en evaluación de un entrenamiento, todo el mundo cree que se refiere a rendimiento y no tiene porqué. Es obvio que cuando se busca resultados deportivos, lo que hay que hacer son tests de rendimiento sobre las cualidades físicas. Pero si lo que buscamos es llevar a cabo un plan de entrenamiento orientado a la salud convendría tener en cuanta otros parámetros y evaluarlos en función de lo que hayamos considerado como objetivo.
La evaluación es aquella fase del programa que nos permite valorar el trabajo que estamos haciendo y reafirmarle o bien sacar a la luz la necesidad de reorientarlo. La evaluación debe estar programada dentro del programa de entrenamiento y debe ser muy cuidadosa en cuanto a las condiciones de realización.
El deportista debe hacer siempre las pruebas en el mismo lugar, con el mismo material deportivo, a la misma hora, con un nivel de cansancio mínimo, con niveles de motivación y estimulación parecidos… Si no controlamos todos estos factores, los datos tendrán muy poco rigor y por tanto, la evaluación será una pérdida de tiempo.
A efectos prácticos, los tests de evaluación suelen programarse en semanas de descarga al inicio y al final de un periodo. El deportista tiene que percibirlo como una prueba para valorar su progreso y por tanto tiene que estar motivado para hacerlo. Si abusamos de los tests, pierden el valor y podemos caer en la desmotivación, con lo que los resultados también estarán falseados.
La evaluación también se puede llevar a cabo en competiciones. De esta manera, las variables motivación y descanso estarán bien controladas. Las competiciones de prueba deben estar lo suficientemente alejadas de las competiciones objetivo como para que en caso que haya un mal resultado tengamos la oportunidad de modificar el plan y mejorar la prestación.