¿Sedentarismo? No, gracias
Estás obsesionado.
¿Para qué entrenas tanto?
¿Qué te crees, un profesional? Los profesionales se ríen de los amateurs y lo que entrenan, total, ¿para qué?
Podrías dedicar tus energías a otra cosa.
¿Tú crees que esto es normal?
No hace falta que entrenes cada día. ¿En serio necesitas cada día hacer algo?
Con la edad que tienes, yo creo que ya deberías empezar a pensar en dejarlo.
…
Y la lista no tiene fin. Sin embargo, dejadme que rebata punto por punto. No es justificar lo injustificable, es defender un modo de vida y una actitud ante lo que nos quieren imponer una mayoría sedentaria de la sociedad que estoy seguro que en el fondo, les damos envidia por nuestra ilusión, vitalidad y jovialidad.
Estás obsesionado
¿Te vas de vacaciones a conocer otro país y ni piensas en tus entrenamientos? ¿Eres capaz de dejar de hacer actividad física fuera de tu rutina habitual sin que esa nueva situación te aburra? ¿Ante situaciones especiales que requieren toda tu atención, priorizas solucionarlas antes que salir a entrenar?
Si tu día a día está equilibrado y balanceas todas tus actividades (laborables, familiares, sociales, personales,…), no estás obsesionado. También trabajas cada día y no por ello te tildan de estar obsesionado.
¿Para qué entrenas tanto?
¿A partir de qué magnitud se considera entrenar mucho o poco? ¿Se puede cuantificar el número de horas y días en que es mucho o poco? ¿Las necesidades de actividad física se pueden generalizar a todo el mundo, sexo, edades o incluso en el propio individuo, a diferentes momentos personales? ¿Sinceramente, tú crees que entrenas tanto? Porque sólo uno mismo puede responderse a esa pregunta.
Entrenarse hasta cansarse físicamente en un rango más o menos intenso es lo habitual. Si uno sale a entrenar, sabiendo que va a volver a casa sin sentir que ha hecho algo, no lo va a motivar y lo va a conducir al abandono. Por eso fracasan las recomendaciones de salud acerca de los hábitos saludables diarios de actividad física. Cuando uno siente que hace una actividad mecánica para un consumo, una movilización corporal y no por el placer de hacerla y el premio de la fatiga posterior, se acaba abandonando. No hay premio, no hay refuerzo de la conducta y hay abandono. Ver unos análisis de sangre impecables (por poner un ejemplo), no es una motivación per se, es una consecuencia de lo que realmente nos motiva.
¿Qué te crees, un profesional?
¿Por qué esta maldita manía de mercantilizarlo todo? ¿Por qué tenemos que obtener un beneficio económico detrás de cada conducta? ¿Por qué aún nos ven como unos matados a los que disfrutamos ejercitándonos a diario, incluso por los propios profesionales que se dedican a esa misma actividad?
Se que no soy un profesional del deporte y ni ganas de serlo. Hago lo que me place y no me obligo a nada. Cambio de actividad, disfruto con nuevos aprendizajes y curvas de mejora. Exploro nuevos entornos y nuevos ambientes sociales. Y lo hago por el placer de hacerlo, no por la recompensa económica. Simplemente por la necesaria motivación intrínseca. ¿Qué triste aquel que sólo se mueve por motivaciones ajenas a él mismo? El día que no obtenga esas motivaciones extrínsecas, ¿Qué sucederá? Acabará siendo un paria emocional, alguien que pasa por la vida sin acciones ni emociones propias. No puedo más que sentir tristeza ante este panorama.
Podrías dedicar tus energías a otra cosa
¿A qué? ¿A algo más productivo y que se pueda monetizar? ¿Según que parámetros de productividad? ¿Quién determina lo que es productivo de lo que no?
Porque una vez tenemos cubiertas todas las necesidades básicas de nuestra existencia y que realizaremos con mayor o menor satisfacción personal, ¿Qué condiciona que nos dediquemos a una cosa u otra? Desde mi punto de vista, la felicidad. ¿Te hace feliz levantarte cada día a las 6 para ir a la piscina? ¡Hazlo! ¿Te vas a dormir pensando que al día siguiente vas a salir con la grupeta de trail o de ciclismo? ¡Hazlo! ¿Te pone nervioso el entrenamiento que tienes al día siguiente porque sabes que es exigente pero después estarás satisfecho contigo mismo? ¡Hazlo!
¡Señores! En este mundo hemos venido a pasarlo lo mejor posible. No hay una vida posterior que nos dé una segunda oportunidad para hacer lo que dejamos de hacer en la primera. Está esa y ¡ya!
¿Tú crees que esto es normal?
¿Qué es normal? ¿Quién reparte los carnets de normalidad? ¿Quién determina lo aceptable de lo que no?
Lo que no es normal es no intentar ser felices cada día. Buscar ese espacio que queda entre el tiempo de descanso y las obligaciones, para tratar de ser felices, debería ser «LO NORMAL».
No hace falta que entrenes cada día
¿A no? ¿Inactividad total? ¿Acaso el estado natural de los seres humanos es estar tumbados viendo la televisión comiendo cheetos en el sofá? El cuerpo humano necesita moverse. Lo que no se mueve se estropea.
Ahora que no tenemos que salir a cazar ni a recolectar, hacer deporte es la salida para cubrir esas necesidades de movimiento. Puedes entrenar libremente cada día o seguir un plan de entrenamiento. ¡Da lo mismo¡ Pero haz algo y entiende el plan con un doble rol de medio y objetivo.
Con la edad que tienes, yo creo que ya deberías empezar a pensar en dejarlo
No hace falta enrollarse demasiado cuando una sola frase puede desmontar esta observación estúpida de los que son habitualmente sedentarios:
Entrenamiento para Maratón Trail
Plan de entrenamiento específico para competiciones de maratón trail de 24 semanas de duración.