¿Tienes dudas sobre invertir en un potenciómetro para entrenar con tu bicicleta?

19 de febrero de 2016

De entre los clientes que disfrutan/sufren mis entrenamientos, tengo a unos cuantos ciclistas y todos ellos con un perfil competitivo bien diferente. Desde los que se dedican al ultrafondo tanto en carretera como en montaña hasta los que compiten en ciclocross o cross country mtb pasando por los que hacen cicloturistas o maratones mtb.

La forma como controlamos la intensidad de los entrenamientos es a través de la frecuencia cardíaca y la potencia. Desafortunadamente, por el precio de los potenciómetros y por su coste de mantenimiento, los que regulan su entrenamiento por la potencia son minoría. Pero sin ninguna duda estamos ante el futuro del control de la intensidad del entrenamiento. A continuación os expongo 4 pinceladas sobre el tema porque si me extiendo mucho no vais a llegar al final del artículo:

  1. El pulsómetro nos da idea de la intensidad del esfuerzo de forma indirecta. Es decir, tenemos una idea de lo que supone la fuerza que aplicamos a los pedales por la respuesta de nuestro corazón si bien esta respuesta está condicionada por diferentes factores que pueden significar diferentes niveles de fuerza por las mismas pulsaciones.
  2. El pulsómetro nos da idea de la intensidad del esfuerzo con retraso. Es decir, desde que yo empiezo a aplicar la fuerza hasta que me suben las pulsaciones pasa un tiempo y nunca se con exactitud cuándo realmente he empezado la serie o el cambio de ritmo o no.
  3. El pulsómetro no nos da información significativa cuando estamos realizando entrenamientos de velocidad y fuerza sobre los pedales más cortos de 1′. Como no le damos tiempo suficiente al corazón para subir de pulsaciones, no sabemos a qué intensidad estamos trabajando y tenemos que fiarnos de nuestras sensaciones.
  4. El pulsómetro tampoco nos da información a la hora de terminar los trabajos más duros e intensos por fallo muscular y debemos regirnos nuevamente por las sensaciones de llegar o no llegar a un determinado nivel de aplicación de fuerza.
  5. La percepción del esfuerzo no es la misma a igualdad de pulsaciones en llano, en subida o contra el viento y es que para conseguir el mismo valor de pulsaciones en estas diferentes circunstancias estamos aplicando niveles de fuerza diferentes y por tanto entrenando diferente, con el descontrol consecuente.
  6. Las carreteras y las pistas no son laboratorios y cuesta mucho mantener la intensidad en estas circunstancias usando sólo el pulsómetro.
  7. El pulsómetro tampoco permite jugar con los trabajos de cadencia y potencia para saber si estamos trabajando correctamente ya que cuanto menos cadencia más cuesta subir pulsaciones pese a estar haciendo un trabajo mayor.

¿Os habéis encontrado mientras entrenabais con alguna de estas situaciones? En caso afirmativo y sin ninguna duda, debéis invertir en un potenciómetro para bicicleta. Desde el primer minuto lo vais a agradecer.